Un nuevo trabajo sobre las mujeres en la Riḥla en el último número de MEAH-Árabe Imprimir

"Brujas, prostitutas, esclavas o peregrinas: Estereotipos femeninos en los relatos de viajeros musulmanes del Medievo"

En el último número de la Revista Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos (Sección Árabe-Islam), correspondiente a 2014, la doctoranda Laila M. Jreis Navarro, miembro de este Grupo de Investigación, ha publicado un estudio sobre las mujeres en las obras de Riḥla (relato de viaje), bajo el título: "Brujas, prostitutas, esclavas o peregrinas: Estereotipos femeninos en los relatos de viajeros musulmanes del Medievo".

Maq?m?t al-?ar?r?. Ms. Árabe 5847, fol. 58v. Bibliotheque Nationale, Paris Maq?m?t al-?ar?r?. Ms. Árabe 5847, fol. 58v. Bibliotheque Nationale, Paris

En este estudio se ofrece una selección de la información que sobre las mujeres aportan en sus relatos un grupo de viajeros musulmanes procedentes del Oriente y del Occidente Islámicos que realizaron su periplo entre los siglos XII y XIV. Se han rastreado las obras de viaje de los granadinos Abū Ḥāmid y al-Numayrī, del valenciano Ibn Ŷubayr, del damasceno Ibn al-Muŷāwir, del tangerino Ibn Baṭṭūṭa, y del lojeño Ibn al-Jaṭīb.

Esta información ha perfilado una serie de categorías abriendo una ventana al mundo femenino al que estos viajeros tuvieron acceso durante su experiencia en tierras extranjeras. Hablan de brujas y seductoras, de amantes y prostitutas, de esclavas, hijas y esposas, de creyentes y viajeras, de súbditas, ilustres y soberanas, incluso de aquellas mujeres que fueron lloradas y amadas.

Las historias y datos que se recogen en este artículo configuran la visión estereotipada de estos musulmanes que partían de su tierra natal con una idea de lo que la mujer debía ser, que contrastaba y chocaba en muchas ocasiones con el amplio y diverso mundo femenino que se desplegaba más allá de sus fronteras. Se puede apreciar el posicionamiento personal de cada uno de ellos, y su evolución, mientras observa a las mujeres de los otros moviéndose en ámbitos nunca imaginados o comportándose de maneras ajenas, y al escuchar historias legendarias sobre ellas, o experimentar en contacto íntimo aquella pluralidad.

Aunque no debemos perder de vista que la magnitud de la experiencia que suponía para aquellos hombres del Medievo recorrer caminos inciertos, queda acotada ampliamente por el relato y sus restricciones. Pues los patrones y los lectores mandaban sobre lo transmitido. Y que los datos aportados sobre las mujeres en estas obras, aunque abundantes, no pueden llevarnos a certezas y generalizaciones sobre ellas. Sí se ha abierto a través de este estudio una ventana a la heterogeneidad del mundo femenino del momento en la tierra conocida y recorrida, y a la forma en que fue percibido por una variedad de ojos que observaban con atención.

Quedémonos como muestra de lo íntimo con este poema que dedica Ibn Ŷubayr a su esposa, colofón del artículo presentado:

[...] Tengo un amor en Granada
en cuyas manos el mío quedó en prenda.
Me despedí de ella y en su aflicción
parte de sus sentimientos me descubrió:
si hubieras visto el rocío
de sus ojos de narciso
derramarse por las rosas de sus carrillos
te hubieran parecido
las lágrimas de sus mejillas
perlas [vertidas] sobre cornalinas.
(Trad. en BA)

Enlace: http://www.meaharabe.com/index.php/meaharabe/article/view/355